VIA CRUCIS
Como todos los años, nuestra IEP Santa Rosa participa del Via Crucis desde la Iglesia de Santa Rosa a San Pedro y por el camino se van rezando las 14 estaciones del camino de la cruz.
1ª ESTACIÓN: JESÚS ES
CONDENADO A MUERTE
Tantos jóvenes
condenados a muerte, tantos que viven dramáticamente la vida metidos en la
droga, en el hospital con enfermedades incurables, en el paro. Condenados a
muerte, en el blanco de todas las crisis, envueltos en tremendas depresiones y
a veces convencidos de que nadie apuesta por ellos. Son jóvenes a los que ama
Cristo y su Iglesia.
Señor, ayúdanos a
vivir como jóvenes que transmiten esperanza en un mundo que vive sin salidas y
con tremendas contradicciones. Que la cruz de Cristo sea para todos nosotros
fuerza para caminar al lado de los pobres y que encendamos luces en vez de
quedarnos en la tremenda queja de quien maldice la oscuridad, pero no hace
nada por salir de ella.
2ª ESTACIÓN: JESÚS CARGA CON LA CRUZ
Esta cruz es la
cruz de todos y cada uno de nosotros ¿Quién no ha sufrido alguna vez la cruz de
la humillación, de la incomprensión, del dolor físico o moral? ¿Quién no ha
tenido en su corazón toas las dificultades en el camino de la vida? Jesús carga
con su cruz, también nosotros debemos cargar con nuestra cruz pesada de cada
día y luchar con todas las fuerzas por hacer un mundo más justo, más fraternal.
Señor, Jesús
crucificado, te pedimos que nos ayudes. Enséñanos y danos fuerzas para cargar
con nuestra cruz, una cruz de madera, una cruz sin brillo, una cruz que a veces
se hace insoportable pero contigo, Señor, podemos llevar con amor.
3º ESTACIÓN: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
No dejes nunca que
tus caídas se conviertan en heridas incurables. Sólo si te levantas mirando a
Cristo que también cayó podrás vivir con gozo y alegría acogiendo la infinita
Misericordia del Señor. Santo no fue el que nunca cayó, sino el que siempre se
levantó. Esta primera caída de Jesús nos recuerda las caídas de tantos jóvenes
en la droga, el alcohol, en el vicio, en la violencia, en toda forma que impide
que el joven sea feliz.
Señor, caído con la
cruz a cuestas, ayúdanos a soportar las cruces de la vida con la convicción de
que están heridas de resurrección, pues Tú, Señor, has vencido y nos ayudas a
vivir a tope, ayudando a todos los caídos a levantarse y volver al Hogar de tu
Corazón.
4ª ESTACIÓN: JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE
Muchos jóvenes,
incluso en edades muy tempranas experimentan la decepción de tantos amores. Muchas
veces sólo el amor de la madre permanece en pié. Quizás, como nos recuerda esta
estación, porque ellas son capaces esperar y de estar cerca en “las duras y en
las maduras”. María acompaña a su Hijo a la cruz. Está allí sosteniendo y
ayudando cuando a veces la única manera que tenemos de ayudar es la presencia
en la calle de la amargura.
Señora nuestra de
la Soledad, de la Amargura, de la Vera Cruz, de las Angustias, acompaña
nuestros pasos cansados, que te encontremos siempre en el camino de la vida ya cuando
no podamos más, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y enséñanos el
camino de la aceptación.
5ª ESTACIÓN: EL CIRINEO
AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ
Todos necesitamos
cirineos que nos ayuden a llevar la cruz. Los jóvenes necesitan personas que
estén a su lado, que compartan sus dudas y fracasos y sobre todo que les ayuden
a llevar con paciencia la cruz de la vida. Los jóvenes necesitan hoy más que
nunca ser acompañados por catequistas, animadores de pastoral juvenil, familia,
acompañamiento personal, cirineos que estando a su lado les ayuden a cargar con
la pesada cruz de cada día.
Señor, mándanos
cirineos que nos ayuden, vocaciones de hombre y mujeres para estar cerca de los
jóvenes, a veces en los peores momentos de su vida. Gracias, Señor, por todos
los cirineos que pusiste en mi camino y que me enseñaron y ayudaron a vivir la
vida desde el Amor de Dios y el servicio de los hermanos.
6ª ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS
Aquella mujer, como
muchos jóvenes, estaba allí. Miró a Cristo y se conmovió el corazón. No se
quedó en el lamento, sino que pasó a la acción, a la vida entregada. El Señor
quiso que su rostro quedase plasmado en el lienzo. El Señor nos ha dado a
nosotros, jóvenes, mucho más que a la Verónica, nos ha dado la Eucaristía, su
Cuerpo y su Sangre, y cuántas veces no le hacemos caso, no acudimos a la Misa,
no se queda su Presencia en nuestro corazón.
Señor, te damos
gracias por tantas verónicas valientes que limpian el rostro de los “otros
Cristos” que son nuestros hermanos. Te pedimos que surjan muchas verónicas, que
sean capaces de ayudar a nuestra tierra, para que el mundo se implante la
civilización del Amor.
7ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ
Es verdad que los
jóvenes somos a veces frágiles. Por ejemplo, siendo el blanco de todos los reclamos
publicitarios para ser presa fácil del consumismo. A veces las caídas vienen
por tantos que utilizan a los jóvenes con fines comerciales. La Iglesia os
quiere como sois. No os instrumentaliza. Descubrid en el rostro de Cristo caído
y en todos los caídos y crucificados de la historia una llamada a servir de
rodillas, a vivir sembrando los caminos de la vida de esperanza.
Señor Jesús, danos
fuerzas para ayudar a todas las personas a descubrir y a vivir en la dignidad
de los hijos de Dios; y a compartir, en la mesa común de la humanidad, los
bienes que nos pertenecen a todos por igual.
8ª ESTACIÓN: JESÚS CONSUELA A LAS PIADOSAS MUJERES
Ser joven no puede
significar estar hundido y pasando a veces por noches oscuras. Necesitamos
encontrar en la Cruz el rostro de Cristo crucificado que nos enseña a descubrir
el sufrimiento de tantos hermanos nuestros que caminan a nuestro lado. El mundo
de los jóvenes de hoy busca el consuelo fácil. A veces a costa de la verdad. La
Iglesia desde la realidad y la verdad nos ofrece el verdadero consuelo que alma
nuestra sed y nos abre a la esperanza en la vida diaria al contemplar el rostro
del que tiene siempre abierto el Corazón.
Señor Jesús,
queremos que Tú con tu Amor, nos consueles en el camino de la vida y ayúdanos a
mostrarnos disponibles ante tantos jóvenes que han perdido el norte, el rumbo
de sus vidas.
9ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ
La fragilidad de
los jóvenes a veces también es fuente de humildad y esperanza. San Pablo decía
que todo lo podía en Aquél que nos conforta, y decía algo más luminoso, aunque
misterioso: “porque cuando soy débil entonces soy fuerte”. ¿Qué quería decir?
Que con Cristo todo lo podemos quiere decir que nuestra fragilidad viviendo con
fe se puede convertir en fuente de esperanza. Porque es verdad que Cristo y yo
es igual a mayoría aplastante. Sólo hay que levantarse y confiar en Aquél que
nunca nos abandona.
Señor Jesús, te
pedimos que nos ilumines y nos ayudes a levantarnos cuando no podemos más pues
Tú eres el vencedor del pecado, del dolor y de la muerte.
10ª ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
¡Cuántos jóvenes
despojados de trabajo, de la dignidad más elemental, de ver sus derechos
pisoteados, de tanta instrumentalización ideológica! Jesús se despoja de las
vestiduras y lo presentan sin nada, sólo con su Amor al Padre y a todos, y con
su Verdad proclamada a los cuatro vientos. Nos lo ha dado todo. Se ha despojado
hasta de su Madre, que nos la entregará como Madre nuestra. En su Corazón sólo
hay un deseo de “amar hasta el extremo”. Vive estos momentos como el leño verde
en invierno, con la esperanza cierta de que no está lejos la primavera.
Señor, despójanos
de todo lo que nos aparte de Ti, no dejes que caigamos en la tentación de la
desesperanza, de instalarnos en la queja. Despójanos del pecado que nos aparta
de Ti, de la tristeza inmensa de una vida vivida sin Dios.
11ª ESTACIÓN: JESÚS ES CRUCIFICADO
11ª ESTACIÓN: JESÚS ES CRUCIFICADO
Como si tensasen
las cuerdas de una guitarra, así han clavado a Jesús. Como bandera clavada en
lo alto de un monte. Como “signo de contradicción”. Como quien lo ha dado todo.
Jesús es crucificado es la mejor declaración de Amor del Padre a cada corazón
humano. Cuando creas que nadie te quiere, ni te recibe, ni te ha declarado su
amor, la contemplación en tu oración del Crucificado siempre te devolverá la
esperanza.
Señor Jesús,
Crucificado en todos los calvarios del mundo, al lado de todos los jóvenes que
viven cosidos y crucificados a la droga, al consumismo, al paro a la
precariedad del futuro incierto, en todas las cruces posibles, ayúdanos a vivir
el sufrimiento como puerta de esperanza, que eres Tú.
12ª ESTACIÓN: JESÚS
MUERE EN LA CRUZ
Ha muerto con los
ojos cerrados para no ver nuestra realidad; sus ojos son demasiado limpios para
quedarse sólo en nuestras miserias. Ha muerto con los brazos abiertos como el
Padre de la parábola del Hijo Pródigo (Lc 15) para abrazar a todos los que
vuelven destrozados de la vida. Ha muerto con la cabeza hacia delante porque
escucha una por una todas nuestras dificultades. Ha muerto con los pies
clavados entregando su Amor, a través de la Iglesia, que como el amor de una
madre, siempre espera de noche y de día a que volvamos al Hogar. Ha muerto con
el corazón abierto y para decirnos que las puertas de su costado están siempre
abiertas y que no tiene secretos con nosotros.
Señor Jesús, muerto
por nuestros pecados y rebeliones, ayúdanos a comprender que siempre que nos
alejamos de Ti no nos va nada bien y que es demasiado peligroso construir una
sociedad sin Ti.
13ª ESTACIÓN: JESÚS ES PUESTO EN BRAZOS DE SU MADRE
Allí estaban los
brazos de su Madre, los brazos de la Iglesia acogiendo y entregando desde su
pobreza a Jesús a la humanidad. Pensamos en tantas madres con sus hijos en sus
brazos muertos por el odio, la guerra, el terrorismo, la droga. María y la
Iglesia acogen en su seno a la humanidad más sufriente. En silencio llora con
los que lloran. Les ofrece la esperanza cierta de que “si morimos con Él,
viviremos con Él”.
Señora junto a la
cruz, Madre de todos los hombre, Mujer creyente que permanece hasta el final,
que no te echas atrás, ayúdanos a ser jóvenes cristianos que vivamos en el
Corazón de Cristo y en el interior de tantos dramas como vive nuestra Tierra.
14ª ESTACIÓN: JESÚS ES PUESTO EN UN SEPULCRO NUEVO
14ª ESTACIÓN: JESÚS ES PUESTO EN UN SEPULCRO NUEVO
Lo había dicho
Jesús; “si el grano de trigo no cae en tierra y muere, no da fruto”. Tenemos
que “saber esperar” como decía el Hermano Rafael Arnáiz. Tenemos que vivir con
el convencimiento que detrás de la noche viene galopando la aurora. Es preciso
saber que todas nuestras cruces están heridas de resurrección. Es necesario que
los cristianos seamos portadores de una esperanza cierta que se fundamenta,
desde luego, en el camino de la cruz, pero el destino es la Vida que no se
acaba, la vida eterna.
Señora Jesús,
enséñanos a ver cercana la primavera aunque nos veamos a veces insertos en el
crudo invierno y ayúdanos a ser capaces de contagiar al mundo de la esperanza
cierta de que Tú eres nuestro Salvador y Redentor.