SALUDOS POR LAS BODAS DE ORO
Desde
que se creo este colegio parroquial allá por la década del 60, ha pasado mucho
tiempo. Muchos han sido testigos del tesón y las ganas que le ponían los
distintos sacerdotes que intentaban no sólo alimentar al pueblo de Dios con los
sacramentos y la doctrina de la Iglesia sino, también ofrecerles una educación
de calidad.
En
nuestra memoria aparecen muchos sacerdotes extranjeros y peruanos que lucharon
por hacer realidad este proyecto educativo. Me los imagino en los inicios al
Padre Thomas Reilly y al Padre David Becherer, yendo de un lugar a otro para
conseguir aprobación de proyectos de construcción y viendo con ilusión cómo
poco a poco lo que era una sueño se iba convirtiendo en realidad. Gracias a
ellos, nuestra Institución Educativa Parroquial tiene las condiciones en las
que hoy muchos laboran.
Un
poco más adelante, el Arzobispado decide crear dentro de su estructura orgánica
el Consorcio Arquidiocesano de Colegios Parroquiales, el cual pertenece a la
Pastoral Educativa de la jurisdicción eclesiástica de Piura y Tumbes, cuya
labor y tarea es la de prestar asesoría a los centros educativos respecto a
temas pedagógicos en función a lo dispuesto por el Ministerio de Educación,
asuntos administrativos y en temas pastorales (específicamente para resguardar
la axiología cristiana que los inspira en su actuación, velar por el carácter
evangelizador de sus actividades ordinarias y vigilar su inserción en las
parroquias a las que se hallan físicamente insertas).
Nuestro Promotor General, Mons. José Antonio Eguren Anselmi, S.C.V. nos acompaña constantemente con su aliento, sus orientaciones y trabajo. Hoy
cuando nuestra Institución Parroquial Santa Rosa de Lima de Talara cumple 50
años de creación, quisiera agradecer a las diferentes personas, autoridades,
amigos, que en este camino recorrido, marcaron un hito, el mismo que señaló el
destino de muchos hombres y mujeres que hicieron y hacen historia, dentro de
nuestra patria y en muchos casos fuera de ella como profesionales, empresarios,
comerciantes, empleados y porque no mencionar a nuestros obreros, amas de casa
y aquellos hombres que apostaron por llevar una vida congruente a través de
nobles trabajos. Este resultado se debe a la lealtad de aquellos sacerdotes,
religiosas, directores y educadores que establecieron una sólida garantía en la
enseñanza, y que los actuales maestros deben continuar inculcando valores en el
educando, el compañerismo, la lealtad, el interés de ser cada día mejores y
cuyo resultado se refleja en cada alumno, estoy seguro que serán recordados por
sus actuales discípulos.
Dios
los bendiga.
R.P. Roland
Vicente Castro Juárez
PROMOTOR
