ESCUELA DE PADRES
La familia es el primer agente
socializador de los hijos por lo que educar bien es un reto, una
responsabilidad y una de nuestras mayores satisfacciones.
Padres e hijos reciben el título el
mismo día, pero ninguno de ellos ha asistido a un curso para ejercer su
profesión. Ser madres y padres es complejo, continuo y gratificante, pero al
mismo tiempo difícil porque no tenemos las herramientas necesarias para este
trabajo ni “el manual de instrucciones” para afrontar cada situación; se trata
de desarrollar un aprendizaje ensayo-error acompañado de sentido común,
paciencia, cariño y dedicación. Los padres necesitan de información y formación
previa. Aquí es donde una Escuela de Padres les ayude a conocer herramientas y
orientaciones útiles que les permitan enfrentar con mayor capacidad la tarea
sobrellevar una familia.
En muchas ocasiones los padres intentan
educar a sus hijos siguiendo pautas semejantes a las que recibimos nosotros
cuando éramos niños, sin embargo en la actualidad la sociedad ha cambiado
vertiginosamente y la familia se ha visto implicada, no ha quedado ajena a
estos vaivenes sociales: publicidad, avances tecnológicos, crisis económica,
desestructuraciones familiares…
Desde la Escuela de Padres surge la
posibilidad de estimular la participación activa y el esfuerzo por
contrarrestar los problemas que se presentan en la familia y en la sociedad, se
trata de promover una educación PREVENTIVA Y EFICAZ, no podemos educar
“apagando fuegos”, es importante “perder el tiempo” hablando de la educación de
nuestros hijos. La Escuela de Padres contribuye al encuentro y reflexión de
manera colectiva sobre la tarea educativa que se realiza con los hijos. En la
educación no existe un modelo único ni exclusivo, debemos adaptarnos a cada
hijo y a sus circunstancias. Madres y Padres, mediante la escucha y presencia activa,
participarán y dialogarán aprendiendo unos de los otros y compartiendo
experiencias e inquietudes. ¿Cuándo podemos hablar de Escuela de Padres?